¡Ya casi estamos en California! Durante este penúltimo tramo por la Ruta 66, fuimos desde Williams, Arizona, hasta Las Vegas, Nevada.
Tras visitar Williams, seguimos nuestro camino para sorprendernos gratamente por el ambiente tan «rutero» de Seligman, disfrutamos de otro de los restaurantes más legendarios de la Ruta 66, el Mr D’z Route 66, en Kingman, e hicimos un desvío de la ruta para visitar los casinos y los hoteles más famosos de la Ciudad del Pecado.
Este recorrido es de unas 216 millas y se tarda unas tres horas y media en hacerlo sin paradas.
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Williams
Lo primero que hicimos fue desayunar en un restaurante de por allí, ambientado en la Ruta 66: el Route 66 Diner. Teníamos muchas ganas de ir al Twisters Café, pero estaba cerrado. Si tienes la oportunidad, ve a este último porque en las fotos se ve un sitio chulísimo. Aun así, desayunamos de lujo en el Route 66 Diner.

Después nos dimos una vuelta por el pueblo, que tiene casas típicas de madera del oeste y un aire cowboy. En la calle principal, vimos coches clásicos, gasolineras, moteles, restaurantes, murales de la ruta y de los indios americanos y talleres antiguos. Es como viajar al pasado.

Antes de llegar a nuestro próximo destino, vimos en la carretera esta pintada tan chula de la Ruta 66. ¡Tuvimos suerte porque estaba recién pintada!

Seligman
Tras esta parada, condujimos casi una hora hasta llegar al pueblo con más ambiente «rutero» de todo el recorrido: Seligman.

Aparcamos en la calle principal sin problemas y nuestra primera visita en el pueblo fue el Snow Cap Drive-In. Se trata de la antigua barbería de Juan Delgadillo, un barbero local fallecido en 2004, ahora convertida en un pequeño museo/tienda de recuerdos, un lugar muy curioso y pintoresco. En su jardín trasero vimos coches antiguos parecidos a los de Cars, gasolineras y una decoración muy curiosa, como una cabina de teléfono con un váter. En fin, es una visita curiosa que no te dejará indiferente.

Seguimos por la calle principal de Seligman y entramos en un par de tiendas de recuerdos, como la Angel & Vilma Delgadillo’s Route 66 Gift Shop, donde encontramos unos marcos chulísimos de la Ruta 66 y un reloj de pared que no pudimos resistir a comprar. Además, nos hicieron descuento por comprar ambas cosas y nos regalaron unos llaveros. Salimos encantadas de allí.

Un poco más adelante, vimos la Rusty Bolt, otra tienda que llama mucho la atención por la cantidad de maniquíes que hay en la entrada y que merece la pena visitar y echarse unas fotos.

No te pierdas tampoco The Historic Seligman Sundries, un lugar muy pintoresco (sí, estoy utilizando mucho esa palabra, pero ¡es que Seligman es así!) donde hay todo tipo de camionetas y coches clásicos americanos. La fachada del edificio es muy colorida y está muy bien conservada. ¡Y nosotras nos fuimos sin verlo! No sé en qué estaríamos pensando… ¡Otra cosa por la que tengo que volver a hacer la Ruta 66!
Kingman
Tras una hora y media de recorrido, llegamos a Kingman, donde hicimos una parada para comer en otro de los restaurantes más chulos de la Ruta 66: el Mr D’z Route 66.

Tanto la decoración exterior como interior son maravillosas y las hamburguesas están buenísimas.

Y ya con las pilas cargadas, nos dirigimos hacia Las Vegas, ¡última parada del día!
Las Vegas
Tras conducir casi dos horas, llegamos a Las Vegas, conocida como la Ciudad del Pecado. Esta ciudad no forma parte de la Ruta 66, pero es un desvío muy típico que hace la mayoría de gente que no ha visitado nunca esta estrambótica ciudad. A nosotras nos hacía mucha ilusión, así que no nos lo pensamos dos veces.
Cartel de Las Vegas
Lo primero que hicimos fue ir a ver el famoso cartel de Welcome to Fabulous Las Vegas, situado en el 5200 de S Las Vegas Blvd, saliendo de la ciudad en dirección sur. Había mucha cola para hacerse unas fotos con el cartel, aunque puedes pasar de hacerla a cambio de que salga gente al fondo de la foto. Nosotras, después de ver que la cola iba muy lenta, decidimos saltárnosla y al final no quedaron tan mal…

Circus Circus
Después de las fotos de rigor, nos dirigimos hasta nuestro hotel para dejar las maletas e instalarnos, el Circus Circus. Como su propio nombre indica, es un hotel ambientado en el mundo del circo y cuenta con más de tres mil habitaciones, tres piscinas y un casino de unos diez mil metros cuadrados.

¡Es un hotel enorme y nos costó superbarato! Reservamos una habitación con dos camas ¡por solo 26 $! No sé por qué es tan barato, porque el hotel parece de lujo, la verdad. Además, tiene un parking enorme y en recepción nos trataron muy bien.
Pero eso no es todo, si te gustan los parques de atracciones, el Circus Circus cuenta también con un parque de atracciones interior llamado Adventuredome que tiene unos 20 000 metros cuadrados y 25 atracciones, incluida una montaña rusa. Me dio mucha pena no poder subirnos a ninguna atracción porque cuando llegamos ya estaban cerrando.
Aparte de todo esto, el interior del hotel cuenta con infinidad de tiendas en las que podrás completar tu colección de recuerdos de este increíble viaje.
Así que, cuando dejamos las cosas en nuestra habitación, fuimos a darnos una vuelta por el casino y no pudimos resistirnos a jugarnos unos dólares en las tragaperras. ¡Toda una experiencia!

Strip de Las Vegas
Tras comprobar que no tenemos suerte en el azar, ¡nos fuimos a recorrer el Strip de Las Vegas!
Siendo de unos cinco kilómetros de longitud, Las Vegas Boulevard (su nombre oficial) es la calle más conocida, donde se sitúan todos los famosos hoteles y casinos que suelen aparecer en la pequeña y gran pantalla. No es de extrañar que sea una de las avenidas más fotografiadas y visitadas del mundo.
El Circus Circus se sitúa casi en un extremo del Strip, por lo que fuimos recorriendo la avenida desde allí hacia el otro extremo, donde se encuentra el hotel Lúxor.
El primer hotel que vimos fue el Treasure Island, de temática pirata. Un poco más adelante, en la acera de enfrente, se sitúa The Venetian, en el que verás la recreación de lugares venecianos tan emblemáticos como el Gran Canal, el Puente Rialto, el Campanile y la Plaza San Marcos.
No te voy a decir que es como estar en Venecia, ¡pero casi! Incluso puedes darte un paseo en góndola por el interior del hotel. No te asustes al mirar al cielo y ver un día soleado en plena noche; se trata de un techo artificial que decora toda esta zona del hotel.

Después de este viaje a Venecia, seguimos caminando hasta llegar al Caesar’s Palace, uno de los hoteles más famosos del mundo. En este hotel, cuyo tema principal es el Imperio Romano, se han rodado escenas de más de veinte películas (entre las que destacan Ocean’s Eleven o Iron Man), algunos capítulos de series como Friends y hasta ha aparecido en videojuegos.
Además, aquí es donde se realizan algunos de los espectáculos más importantes de Las Vegas, ya que actúan famosos como Mariah Carey o Celine Dion, en un teatro llamado el Coliseo.
No olvides hacerte una foto en la réplica de la Fontana di Trevi de Roma o con mi queridísima Victoria de Samotracia.

Justo enfrete, se sitúa el hotel Flamingo, donde puedes visitar gratuitamente durante el día su «hábitat salvaje», que incluye flamencos, pingüinos y otras especies de aves y peces. Nosotras no entramos, porque todavía nos quedaba mucho camino.
Por detrás del Flamingo, se sitúa la High Roller, la noria más grande del mundo con 167,6 metros de altura. Como leí que no es para tanto y que las vistas no son espectaculares, finalmente no nos subimos. Si te hace ilusión, ten en cuenta que la entrada vale 22 $.
Un poco más adelante, vimos el Bellagio, un hotel enorme con casi cuatro mil habitaciones que es famoso por el espectáculo de las fuentes que ofrecen gratuitamente a cada hora en punto en su lago artificial de más de treinta mil metros cuadrados. ¡Y nosotras no quisimos perdérnoslo! Un consejo: si quieres verlo en primera fila, ve un poco antes porque la gente se va a agolpando conforme se va acercando la hora en punto. ¡Merece la pena! Es un espectáculo totalmente encantador que siempre recordaré.

Justo enfrente del Bellagio, se encuentra el Hotel París. Y si con The Venetian crees que estás en Venecia, con este viajarás hasta Francia cuando veas las réplicas de los monumentos más importantes de París: la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo.
Además, si quieres vivir la experiencia de cenar en la Torre Eiffel de Las Vegas, ten en cuenta que hay un restaurante panorámico (eso sí, entre 60 y 100 $ por persona) situado en el piso once desde donde, además, se puede ver el espectáculo de las fuentes del Bellagio.

Más adelante, vimos el New York New York, que nos hizo recordar los momentos tan maravillosos que vivimos en nuestro viaje a Nueva York, solamente unas semanas antes, cuando vimos las réplicas del Puente de Brooklyn, la Estatua de la Libertad y el Empire State.
Además, alrededor del hotel hay una montaña rusa que alcanza los cien kilómetros por hora y tiene bares como el Bar Coyote, que no es muy caro y siempre tiene ambiente.

Desde allí, atisbamos el hotel Excalibur, que es como un castillo medieval en Las Vegas, una imagen de cuento de hadas que seguro que te encantará fotografiar.

Un poco más allá, se sitúa el Luxor, ambientado en el antiguo Egipto, cono sus Pirámides.
Antes de volver al hotel, nos permitimos el lujo de tomarnos una cerveza (la más cara de mi vida) en The Crack Shack. ¡Y ya volvimos al hotel a reponer fuerzas para hacer el último recorrido hasta Los Ángeles al día siguiente!
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